Entrando a Chile comienza el desierto, y el camino sutilmente empieza a subir, subir, subir. A esto era a donde teníamos que llegar temprano, pensábamos que en la cuesta del Lipan ya había pasado lo peor, pero esto recién estaba empezando...nos dimos cuenta porque aunque pisábamos el acelerador el auto avanzaba lento y cada vez estábamos mas alto...igual íbamos tranquilos y distraidos en el imponente paisaje que nos rodeaba...
Después de un rato de avanzar decidimos bajar en el medio de la nada a disfrutar de la soledad, el sol, el viento...
Y empezó la bajada...Y que BAJADA...kilómetros y kilómetros en descenso...el auto iba solo, por momentos en cambio, después en punto muerto, y siempre pisando el freno ya que se agarra mucha velocidad...seguíamos bajando, por las ventanas entraba olor a caucho quemado, eran nuestras ruedas sobre el asfalto...siempre solos en la ruta...
Y aparecieron las Salidas de Emergencia, al costado de la ruta un camino de arena adonde habría que dirigirse en caso de....Emergencia... en caso de que fallen los frenos.
Llegamos a las oficinas de migraciones en Chile al mediodía. Justo era el cambio de turno con lo que empezó atendiéndonos una persona y continuo otra, lo que no reviso uno tampoco lo reviso el otro, por lo que con muchas dudas en su mirada nos dejaron seguir transitando.
Estuvimos un rato en San Pedro de Atacama y continuamos por Chile.
En el camino cruzamos por lo que se llama el "Valle de la muerte", donde se puede pensar que no estamos en la tierra sino en algún otro planeta
Seguimos unos kilómetros y comenzo "El llano de la paciencia"... las imágenes explican cualquier cosa que podamos decir al respecto...
El auto en punto muerto y el viento era el único sonido del lugar, como ir en bicicleta sin pedalear...
Claro que para subir si hay que pedalear...
Claro que para subir si hay que pedalear...
