Viajamos varios días por la ruta Nacional 1, Panamericana Norte de Perú para llegar hasta la frontera con Ecuador.
Salimos de Lima con toda su congestión de transito, y esta vez nos toco que la carretera estaba en construcción entonces teníamos que ir por un desvió que nos llevaba, a nosotros junto con todos los buses, camiones y las bocinas sonando todo el tiempo, por medio de barrios con calles angostas.
Y llegamos a la ruta nuevamente con el mar al costado
Pasamos por Chimbote
Y llegamos a Trujillo donde nos recibió Paty, que nos invito a comer en su restaurant y a dormir a su casa.
A la mañana temprano luego de charlar un rato con Paty en el desayuno continuamos el viaje.
Cada tanto la carretera se iba metiendo en algunos poblados. En una de esas entramos en un pequeño pueblo, y de golpe la carretera paso a ser una avenida. Nos sorprendió un semáforo inclinado y no podíamos descifrar si apuntaba hacia nosotros o a los que venían por la intersección, bajamos la velocidad y no alcanzamos a cruzar cuando nos dimos cuenta que si era para nosotros. Hicimos marcha atrás para esperar que cambie y escuchamos el silbato del Policía de Transito que nos hace seña de que nos estacionemos a un costado.
Se acerco nos pidió los papeles del auto, nos arrebato el carnet, lo que primero que nos pregunto es de donde eramos y dijo que iba a tener que hacer una multa. Le empezamos a explicar que no habíamos visto bien el semáforo, que nos sorprendió viniendo de la ruta, y que de todas formas no habíamos cruzado en rojo sino que retrocedimos para esperar que cambie, y nos dice que la multa que nos iba a hacer era por pararnos arriba de la senda peatonal. Cosa que nos causo muchisima gracia ya que si mirábamos alrededor todos estaban parados arriba de la senda peatonal que casi ni se veía de lo despintada. Le explicamos porque fue pero el seguía insistiendo, saco una libreta donde tenia todas las leyes de transito y decía en que teníamos que pagar. Nosotros no aflojábamos y el tampoco, se quiso subir al auto para que lo llevemos a la alcaldía para explicar lo que había pasado. Con el detalle de que en el auto solo entran dos personas, pretendía que uno de nosotros se quede ahí en la esquina esperando. Claro que le dijimos que no e insistiamos en que no había pasado nada. Después de un rato se ve que se canso, se dio cuenta que no nos iba a poder sacar ni una coima así que nos devolvió el carnet y nos dejo seguir sin ningún problema.
Llegamos a Piura donde pasamos la noche
Llegamos a Piura donde pasamos la noche
Al día siguiente bien temprano estábamos en la playa en Los Organos
nos fuimos despidiendo de Perú