domingo, 29 de mayo de 2011

Venezuela...no juega carrito

Llegamos muy temprano a la oficina de aduanas para iniciar el trámite de exportación temporal del auto, tan temprano que todavía no había abierto. Una vez que presentamos todos los papeles, seguro y formularios, tuvimos que esperar que el jefe firme la autorización, ya que el jefe a veces no esta, o esta en una reunión, pero así es como funciona, no queda otra que esperar. Esperamos toda la mañana hasta que nos devolvieron el papel firmado cerca del mediodía.
Comenzamos a avanzar viendo por todos lados carteles con la cara de Presidente y sin tener que pagar peajes! La mayoría de las estaciones de servicio en el camino están cerradas o tienen un cartel que dice: “solo autos con Chip”, que nunca entendimos que era.
Llegamos a San Cristóbal, donde dimos unas vueltas pero decidimos seguir viaje. Continuamos por una autopista con muchos pozos, que parecía abandonada. Antes de que se haga de noche empezamos a buscar una estación de servicio para pasar la noche. Encontramos una donde había fila de autos y camiones y estaban cargando combustible. Nos estacionamos y enseguida se acercaron unos gendarmes, que son quienes controlan las estaciones de servicio de las ciudades fronterizas, nos preguntaron sobre el viaje, como habíamos traído el auto hasta acá, cuanto tiempo habíamos tardado…donde íbamos a dormir…les contamos que pensábamos quedarnos ahí mismo. Al rato llego un auto y se bajaron cuatro gendarmes, se acercaron y el jefe se presento: “Soy el Teniente Coronel Parra del Ejercito Bolivariano de Venezuela, el Ejercito que cruzo las fronteras para liberar y no para reprimir”, así dijo en voz alta mientras nos daba la mano.
Se puso a conversar con nosotros y en seguida se hizo amigo. Charlamos un poco sobre el viaje y nos dijo que le habían comentado que pensábamos dormir ahí, pero que no es seguro. Con la diferencia de precio de la gasolina entre Colombia y Venezuela hay mucho trafico de combustible por eso todas las estaciones están vigiladas por la gendarmería. Que mejor fuéramos para el pueblo, La Fría, que el nos podía recomendar un buen lugar para quedarnos.
Seguimos charlando y nos propuso invitarnos a cenar y después acompañarnos al pueblo a buscar un lugar para quedarnos.
Antes de irnos nos regalo una llenada de tanque de combustible y nos dijo que lo siguiéramos con confianza que no iba a llevar a un lugar seguro. Allá fuimos por la carretera que solo tenia pastos altos a los costados, no había nada mas.
Llegamos a un parador en la ruta, en el medio de la nada, donde había un restaurante al aire libre con mesas afuera, un televisor y música. Ahí frenamos, el Coronel nos presento a Rodrigo, el dueño, le contó un resumen de nuestro viaje y nos dejo con el mientras el terminaba de trabajar.
Rodrigo nos preparo la cena y nos empezó a contar sus historias. En los años 60 salio de viaje con tres amigos desde Caracas a Argentina en un WV. Iban por los pueblos haciendo publicidad para Colgate-Palmolive, con un cartel que colgaban en el auto.
También había sido marino en un buque mercante, mecánico de avión que carreteaba aviones en la pista y enfermero del ejército.
Más tarde regreso el Coronel que nos decía que andábamos “afanados” porque no nos queríamos quedar más días. También se le ocurrió que necesitamos un mapa de Venezuela, que a la mañana podíamos ir al cuartel para que nos graben toda la cartografía.
Pasamos la noche escuchando música venezolana. A lo lejos veíamos relámpagos y pensamos que se venia una tormenta. Pero nos contaron que es el fenómeno del “Rayo de Catatumbo” que sucede todas las noches en esta zona, se ven muchísimos relámpagos pero no llueve ni se escuchan truenos. Investigadores de todo el mundo han llegado para investigarlo pero no han podido saber porque se da, sigue siendo un misterio.
Rodrigo nos preparo una pieza con  dos ventiladores para que nos quedemos a dormir ahí.
A la mañana siguiente preparo el desayuno para los tres, Arepas con queso y café.
Nos despedimos de Rodrigo y nos fuimos para el cuartel donde nos grabaron en un CD los mapas.
Antes de irnos el Coronel nos regalo un libro del ideario político de Bolívar.
Seguimos viaje rumbo a Mérida mirando los carteles, cruzamos un puente, una rotonda y al rato vemos el auto del Coronel al lado nuestro, se adelanta y nos hace señas de que paremos: “Van para el pueblo?, No, le decimos. “Entonces es por la otra vía, vuelvan al puente y agarren a la derecha…
Pensábamos llegar a Mérida al mediodía. Paramos en El Vigía, un pequeño  pueblo, a lavar el auto, que después de las lluvias y el barro en Colombia estaba bastante sucio. Cuando nos despedimos en el lavadero, nos dijeron: “Ojala que puedan cruzar el túnel” preguntamos si estaba cortado y nos explicaron que dan paso 45 minutos a los autos que van y 45 minutos a los que vienen. Saliendo del pueblo empezamos a ver autos que volvían marcha atrás, seguimos avanzando y nos encontramos una fila de autos que no se veía donde empezaba. Suponíamos que esto era lo que nos habían dicho del túnel pero nos parecía raro que tampoco venían autos del lado contrario. Se empezó a escuchar el rumor de que iba a estar cortado hasta las 3 de la tarde porque estaban realizando trabajos en el túnel…eran las 10:30 de la mañana así que nos dispusimos a esperar. Hacia un poco de calor pero en el auto estábamos cómodos. Empezaron a llegar muchos autos y se armaron filas a lo largo de los dos carriles de la autopista. Al rato de estar esperando se lleno de vendedores ambulantes que ofrecían agua, bebidas frescas, carne asada, dulces de coco y panela, helados, empanadas…
Cerca de las 3 de la tarde empezaron a decir que seguiría cortado hasta las 6 PM. así que a seguir esperando…nadie se quejaba, no había protestas. Solamente la gente esperaba, la fila de autos hacia atrás era infinita, caminábamos 5 cinco cuadras y seguía…
A las 5:30 paso por el carril contrario, una ambulancia con un altoparlante diciendo que mantuviéramos la calma que a las 6 se abriría el paso…
A las 6:30 empezó a oscurecer y se escucharon algunas bocinas pero recién a  las 8 PM. abrieron el paso. Empezamos a avanzar lento y muchos autos se metían por el carril contrario para avanzar más rápido.
Después de unos pocos metros otra vez se detuvo el transito y se empezó a armar la fila, ahora todos los autos que iban por el carril contrario intentaban meterse el fila donde pudieran. Era de noche y estábamos en el medio de la carretera, no había vendedores ambulantes y no sabíamos hasta cuando íbamos a tener que esperar…Después de 2 horas, a las 10:30 de la noche, se ve venir de frente una ambulancia con sirenas, atrás muchas motos y autos. Abrieron el paso y después de 45 minutos nos toco avanzar. Antes de llegar al túnel cruzamos un derrumbe donde había maquinas trabajando, en lo que mantuvo el transito cortado durante todo el día. Cruzamos el túnel de más de 2 Km. de largo y al rato empezamos a ver la fila de autos del otro lado que se extendía en dos carriles por 4 Km.…..camiones, autos, buses con pasajeros, camionetas que estuvieron igual que nosotros todo el día esperando…
A la mañana siguiente llegamos a Mérida, recorrimos un poco la ciudad y continuamos avanzando para cruzar los andes hacia los llanos orientales. En un camino de montaña se puso un poco fresco, cruzamos cascadas, lagos, ríos. 

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