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miércoles, 16 de febrero de 2011

Amazonia ecuatoriana

Ya estaba todo listo para salir de viaje hacia la comunidad Tiputini. Tuvimos suerte y en lugar de balsa nos toco lancha, con lo que el viaje en vez de 12 horas duro 9. Viajamos con gente de la comunidad que regresaba a su casa en una lancha llena de equipaje, comida, una tortuga, un perro. Entre todos colaborábamos a embarcar. Hacia muchisimo calor, pero una vez que empezó el viaje la brisa del río refrescaba

Navegamos por el río Napo, uno de los principales afluentes del Amazonas. Interminable marrón, rodeado de selva
En el recorrido cruzamos varias pequeñas canoas que los habitantes de las comunidades indígenas utilizan para tranportarse de un lugar a otro o para pescar.
También cruzamos balsas que transportan camiones de las empresas petroleras de la región
Nos contaban que al llegar tendríamos que caminar 600metros por el barro y después cruzar un brazo del río con el agua hasta las rodillas o un poco mas para acceder a la comunidad. Nos imaginabamos como íbamos a hacer con todo el equipaje que había. 
Para sorpresa de todos cuando llegamos un camión nos estaba esperando para cruzarnos. Entre todos colaboramos a cargar las cosas. Hicimos un pasamanos donde pasaban, bolsos, carros de bebe, heladeras, cajas y el nuevo integrante de la comunidad: un perro
Cruzamos el río en camión y llegamos a Tiputini un
lugar que fue mágico para nosotros, de mucho aprendizaje y experiencias inolvidables
La comunidad es muy pequeña. No hay autos, es normal caminar descalso, tanto los niños como adultos. La gente es muy amable. Hace mucho calor. Hay mucho silencio y contacto con la naturaleza. Los niños siempre juegan con agua en el río o en la plaza, donde hay un hermoso mural donde se muestran las tradiciones de la zona

El río es la vía de comunicación entre todas las comunidades de la región. Los niños de la rivera llegan a la escuela en balsas que ellos mismo manejan
 Como en el acceso a la comunidad el río es muy bajo, hay que llegar caminando, pero siempre se encuentra una forma de cruzar mas rápido
 Cuando cae el sol, el movimiento se frena y hay muy poca luz, en la oscuridad se escuchan infinita cantidad de insectos que habitan la selva y despiertan en la noche
Un día nuestros amigos, el Señor Luis y Alex nos invitaron a ir a la fiesta de aniversario de la comunidad Samona Yuturi. Nos sentimos muy afortunados de haber vivido esa experiencia.
Subimos a una canoa donde viajamos durante 6 horas

Al llegar a la comunidad nos estaban esperando en la orilla del río y nos recibieron con "Chicha de yuca", que es la bebida sagrada de las comunidades, y es la forma de dar la bienvenida.
Durante toda la noche, hubo música en vivo, baile, la chicha siguió circulando en manos de las mujeres que daban la vuelta por todo el lugar ofreciendo esta bebida.
Fue una hermosa noche, bailamos y pudimos conversar con mucha gente que nos contaba, historias, tradiciones. Intercambiamos anécdotas sobre las diferentes costumbres y culturas. Muchas personas nunca han salido de la comunidad y tampoco les interesa hacerlo.
La fiesta duro toda la noche, amaneció, paso la mañana y recién después del mediodía regresamos.
Nuevamente gracias al Señor Luis pudimos ir a conocer el Parque Nacional Yasuní con la compañía de Alex que nos guió y nos contó sobre el lugar.
Una de las regiones con mayor biodiversidad del mundo, donde habitan varias comunidades indígenas, y también hay sectores no tangibles donde viven comunidades que no mantienen contacto con otras sociedades.
Para acceder navegamos primero por el Río Napo y luego por el Río Yasuní. En la región fronteriza con Perú



De regreso pasamos por Nuevo Rocafuerte

Esta vez para acceder a Tiputini viajamos en una pequeña canoa en la que teníamos que ir equilibrados todos en el medio, se vivió un momento de tensión
Después de pasar dos semanas viviendo en medio de la selva, rodeados por agua, sonidos de insectos y animales. Lejos de los ruidos y las imágenes de la ciudad, llego el momento de regresar.
La travesía para tomar "el turno", que es como se llama la canoa que pasa 3 veces por semana, empezó antes del amanecer. A las 4 de la mañana, bajo la lluvia, llegamos al río. Nos sacamos los zapatos y caminamos por el agua hasta alcanzar una canoa que nos llevaría hasta el río principal donde pasa el turno
Nos dejaron en una isla de arena, que se derrumbaba cuando subíamos, y ahí esperamos hasta que llego la canoa grande
Durante todo el recorrido otras canoas mas pequeñas se acercan al medio del río para cargar gente
En la canoa viajábamos un poco más de 50 personas, el equipaje de lo mas variado incluía alguna que otra gallina en una bolsa y un par de monos bebes


 Después de 14 horas navegando pisamos tierra firme y nos volvimos a juntar con " el gasolerdo"

Fue una hermosa experiencia, una gran aventura. Esperamos volver a reecontranos con este lugar y su gente!!!

miércoles, 2 de febrero de 2011

Ingresando a la amazonia


Nos dirigimos a la provincia de Pastaza para llegar a Puyo. El clima cambia, se vuelve mas caliente y húmedo. Quedan atrás las montañas y aparecen grandes ríos, rodeados de vegetación abundante, arboles altísimos, lianas y guacamayos.



Seguimos viaje por la carretera E 45, pasamos por Tena. Donde por suerte nos sigue acompañando el mate, con yerba que traemos desde Argentina
Seguimos viaje por la carretera E 20, en la provincia de Orellana, para llegar hasta El Coca. Cada vez se va sintiendo mas la selva y el calor
Cruzamos varios ríos y puentes de un solo carril


Pasamos un día en El Coca, una ciudad con puerto sobre el río Napo, por el cual se puede llegar navegando hasta la frontera con Perú y a varias áreas naturales dentro de la amazonia. Donde viven comunidades indígenas.
La temperatura es muy caliente, por lo que decidimos regresar hasta Loreto y esperar ahí hasta la fecha que saliera el turno, como le llaman a la canoa, que nos llevaría a una comunidad sobre el río Napo.

En Loreto también hacia mucho calor, pero estaba el río
Una escuela fue el único lugar que encontramos para preguntar si nos podíamos quedar a pasar unos días. Nos dijeron que hablemos con el Padre Gabriel que era el encargado de todo.
Lo fuimos a ver y sin ningún problema nos dijo que si. Que aquí era seguro y no molestabamos para nada. Así que estacionamos en la puerta de la Iglesia, donde se daba misa todos los jueves, los sábados y domingos.
Enseguida los chicos de la escuela se acercaron a ver quienes eramos y nos hicimos amigos. A la tarde venían a charlar y contarnos historias. Un día, Ivan, nos llevo a su casa para que conozcamos las frutas que crecen en esta región, guabas, avios, las plantas de café y de cacao. Y presentarnos a su familia.
 Con Ivan a la salida de la escuela

Durante las horas de clases en la escuela, nos íbamos al río a refrescarnos

El padre Gabriel también se acercaba a charlar cuando volvía de las comunidades que visitaba todos los días, nos contaba muchas historias del lugar. El domingo al mediodía nos invito a almorzar.
Después de varios días, recibimos la noticia de que salia la canoa hacia Tiputini, así que nos preparamos para continuar